miércoles, 22 de febrero de 2012

TRISTE CREACIÓN DESESPERADA

Pienso. No sé si existo. Pero escribo. Palabras sueltas, frases sin sentido, versos sin rima, párrafos inconexos, historias absurdas. Lo intento. Y lo intento. Y lo vuelvo a intentar. Pero no soy capaz de crear. Y me desespero. Y me enloquece esta sequía, este desierto interior. Y observo dentro de mí. Y después miro hacia el horizonte y da igual si el sol se refleja en el mar o si las olas golpean contra las rocas, que esperan, pacientes, la desesperación de la marea. Tanto da si las estrellas marcan mi camino o si es la luna quien intenta apagar la ínclita oscuridad de la noche oscura. Terrible y cruel. Da igual. Nada. Conjunto vacío. Cero. No. Negación extrema. Te odio. Te detesto. Pero vuelve. Por favor, vuelve. Que sin ti no soy nada. Que extraño la extraña y solitaria soledad que me acompaña cuando estás conmigo. Desolación. Llanto. Muerte. Sueño. Pero vivo.