lunes, 16 de abril de 2012

Y TE VI SENTADA ALLÍ

Imaginando por imaginar,
imaginé.
Y te vi sentada allí,
junto al mar,
junto a mí.
Pensé que me querías.
Yo pensé.
Soñé que volverías.
Yo soñé.
Soñé que te veía.
Y miré. Y te busqué.
Y no encontré.
Sonreí por sonreír.
Cerré los ojos.
Volví a mis sueños.
Y te vi sentada allí,
junto al mar,
junto a mí.

domingo, 15 de abril de 2012

MI PRIMERA MARATÓN

Amargo despertar. Meses de entrenamiento, varias horas diarias de preparación, tiempo y esfuerzo dedicado a poner a punto el organismo para afrontar con garantías mi primera maratón. Y llega el día y una nefasta organización tira por tierra todo el trabajo. ¡Qué amargo despertar y qué duro volver a la realidad! La carrera estaba siendo excepcional. Aunque no pude aguantar el ritmo de cabeza, estaba bien situado y esperaba el desfallecimiento de corredores que se mantenían al frente para ganar posiciones. Pero llega un punto del recorrido en que empiezan los problemas. Una mala señalización convierten la carrera en un caos. Atletas que se pierden, personal de la organización que no se aclara, puestos de avituallamiento sin agua. Lo dicho, un caos.

Pese a todo, consigo alcanzar el punto donde se supone tenía que estar colocada la línea de meta. ¡Sorpresa! No hay meta. Después de una larga conversación con otros atletas, intuimos que esta se encontraba detrás de un montículo que teníamos justo enfrente. Varios de nosotros iniciamos un largo sprint y, nueva sorpresa, estoy liderando la carrera. Pero, a pocos metros de la meta, otro corredor sale de la nada, me supera y gana la maratón. A pesar de todo, soy segundo. Mi tiempo, 2 horas y 45 minutos. No recuerdo los segundos. Pero, en lugar de mostrar mi alegría, enfadado me dirijo a algunos de los jueces de la carrera y les recrimino la nefasta organización y el escaso control. E insisto en que he perdido más de media hora por el caos permanente en que nos hemos encontrado a lo largo de los algo más de 42 kilómetros de la prueba. ¡Hubiera completado la prueba en 2 horas y 15 minutos! ¡Me hubiera quedado a solo 12 minutos del récord del mundo! ¡Y por culpa de los jueces no obtenía marca mínima para los Juegos Olímpicos de Londres de este verano! ¡Un desastre!

Y sí, amargo despertar porque, como podéis imaginar, solo era un sueño. ¡Pero me ha enfadado muchísimo no ganar en mi sueño! Y es que no es la primera vez que me quedo en puertas de conquistar un título importante. No hace muchos años, en otro sueño espectacular, obtuve un excelso tercer puesto en la final de los 1.500 metros en unos Juegos Olímpicos. ¡Bronce en una olimpiada! ¿Se puede pedir más?

Por cierto, ¿tendrá algún significado soñar con carreras? ¿Significará algo más profundo el caos organizativo de la carrera de esta noche? En fin, fue bonito mientras duró.

sábado, 7 de abril de 2012

SONETO: ETERNA CONTRADICCIÓN

Vuelve el mar a sentir sobre sí el reflejo del sol. El campo está verde después de las últimas lluvias. Estamos en abril. Árboles en flor. Y, mientras disfruto de la primavera, mil pensamientos azotan mi razón. Desordenados. No me logro entender. Te he buscado al despertar. Pero has vuelto a desaparecer. Si nos encontramos de nuevo algún día, en esta vida o cuando sea, espero escribirte el poema más bello jamás escrito. Y en este orden sin concierto ha nacido esta misma mañana, apresurado, parco y austero, este soneto:

ETERNA CONTRADICCIÓN

Manda el corazón y sentir la piel
Pues no entiende que deseo exaltado
Labra caprichoso lazo dorado
Y olvida besos que esconden la hiel

Fuego convertido en dulce miel
En ese momento siempre deseado
En un sentimiento nunca mostrado
Sacro destino para no ser fiel

Pero búscame si me he perdido
O desátame si me ves seguro
Y llámame cuando me veas ausente

Olvídame cuando haya partido
Que no quiero luz en mi lado oscuro
Porque llanto amargo no es suficiente

jueves, 5 de abril de 2012

VIDAS HECHAS, DESHECHAS Y REHECHAS


Y después de la entrada anterior, y después de recibir varios correos de personas que, para bien o para mal, se han dado por aludidas, me hacía hoy algunas preguntas. ¿Por qué muchos intentan mantener vivas relaciones que están finadas? ¿Por qué estás con alguien con quien no quieres estar? ¿Por qué buscas en otras personas la manera de olvidar a alguien a quien amas? ¿Un clavo saca a otro clavo? ¿Por qué tienes tanta prisa por encontrar pareja? ¡Todo llega! ¡Pero a su debido tiempo! Dicen que no por mucho madrugar, amanece más temprano. Y este dicho es real como la vida misma. Por mucho que corras, si la persona no es la adecuada, no vas a ser feliz. Sigo con las preguntas: ¿por qué te aferras a alguien que no quiere estar contigo como tú quieres estar con él y que solo te quiere para pasar el rato? ¿Por qué tienes tanto miedo a quedarte sola? ¿Por qué te hace temblar la soledad? Sí puedo afirmar con rotundidad que nadie muere de amor. Evidentemente, no son agradables las rupturas. Pero nadie muere de amor. Siempre es cuestión de tiempo, que cura las heridas e, incluso, casi siempre borra las cicatrices que ha dejado en nuestras almas el latigazo del amor. Es más, aunque no me gusta generalizar, con el paso de los días, de los meses, de los años, se borran los malos recuerdos y perviven los momentos agradables que se vivieron al lado de alguien.

Dicho esto, y para provocar la sonrisa en el lector, voy a contar algunos comentarios que acabo de escuchar. Hace un rato me he encontrado con una señora en una de mis cafeterías preferidas. Sí, ya sé, siempre estoy tomando café. Pero es que los bares son siempre fuente de inspiración. Nadie se imagina el montón de anécdotas que surgen en estos lugares. Bien, como decía, me he encontrado con una persona a la que hacía varios años no veía. Me ha dicho que se alegraba mucho de verme y me ha preguntado cómo iba mi vida. También por mi mujer. He sonreído y le he contestado que espero que esté bien, que hace algún tiempo que no la veo. Como me ha mirado extrañada, he añadido que hace siete años que nos divorciamos. “¡Oh, cuánto lo siento!”, ha dicho la señora. He seguido sonriendo, esperando que la mujer se diera por satisfecha con la información recibida. Pero no, no ha sido suficiente. Ha seguido preguntando: “¿Y qué? ¿Has rehecho tu vida?”. Podía haber respondido cualquier cosa. Me he limitado a decirle que estoy solo. Pero muy feliz. Y en mi fuero interno me he puesto a pensar. ¿Por qué la gente necesita “rehacer su vida” empezando una historia con alguien? ¿Cuántas veces vivimos historias sin historia, historias sin sentido que no conducen a ninguna parte? Yo tengo mi vida hecha. Todo lo que me pasa son capítulos que van completando mi libro vital. Y a veces estaré con alguien. Y a veces estaré solo. Pero mi vida no se deshace y se rompe por estar con alguien o no. Creo que en este aspecto nos equivocamos muchas veces. ¿Cuántas personas tienen una vida destrozada por una relación infame que los consume día a día? Están en pareja, sí, ¿pero es eso una “vida hecha”? Una vida se empieza a hacer empezando por uno mismo, intentando ser feliz uno mismo, porque esa es la mejor manera de hacer feliz a todo aquel que te rodea.

Tantas y tantas cuestiones podríamos introducir en este apartado, que estaríamos argumentando nuestro punto de vista al respecto durante horas. Es el misterio de las relaciones personales. Dicho esto, me olvidaré por un tiempo de este asunto y me quedaré a solas conversando con mi excelsa soledad. Eso sí, seguiré pensando en la última batalla dialéctica de esta lluviosa mañana de abril: para algunos, como siga así, disfrutando de mi solitaria y desastrosa vida, seré un solterón. En cambio, para otros, soy ya el soltero de oro de este pequeño pueblo costero del Mediterráneo (aunque, viendo mi cuenta bancaria, mejor será que digan de mí que soy el soltero de hojalata o de latón). Y me ha resultado curioso que para ellas, sobre todo si son de cierta edad, soy lo primero. Para ellos, lo segundo. Abriremos un nuevo debate más adelante. ¡Hay tema! Feliz Semana Santa.


miércoles, 4 de abril de 2012

AMISTAD, CARIÑO, AMOR

Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato’. Así describe el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) el vocablo amistad, una palabra que en numerosas ocasiones utilizamos a la ligera o de forma poco adecuada. Por otro lado, el DRAE indica que cariño es la ‘inclinación de amor o buen afecto que se siente hacia alguien o algo’. Y para finalizar con las definiciones, amor es, según el DRAE, el ‘sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser’; también es el ‘sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear’.

Debemos reconocer que no siempre son fáciles las relaciones que se establecen entre dos personas. Al contrario, las dificultades surgen a menudo fruto del roce y de la confianza entre ambas. Pero cuando los sentimientos son auténticos, esa relación es para siempre, aunque tengamos que luchar contra la rutina, los altibajos y cuantos problemas surjan en el día a día.

Aunque no voy a entrar en detalles, hoy ha sido un día repleto de emociones. Ha nacido Berta, hija de uno de mis mejores amigos. Otras dos personas a las que quiero mucho, pese a los baches y la distancia que hubo durante un tiempo, han vuelto a cruzar sus miradas y, aunque todavía tienen que acercarse un poco más y, seguramente, conversar y contarse muchas cosas, la situación me ha emocionado. En fin, hacía tiempo que una llamada de teléfono no me hacía vibrar. Y esta semana han sido varias.

Por otro lado, también en ocasiones, cuando surgen diferencias con los demás y creemos que el mundo está contra nosotros, no nos damos cuenta de que quizás somos nosotros los culpables de que el mundo conspire y nos golpee. Si tienes problemas con muchas personas, ¿te has planteado alguna vez que igual eres tú el problema? Porque bien es verdad que hay personas que ven todo de forma negativa y creen que todos estamos aliados para ir en su contra. Pero, vamos a ver, si yo no me enfado con nadie, salvo contigo; y aquel no se enfada con nadie, salvo contigo; y el de más allá no se enfada con nadie, salvo contigo; ¿no será que eres tú quien se enfada con ellos y no ellos contigo? ¿Has pensado que quizás seas tú el que se aleja de ellos y no ellos de ti? ¿Por un momento te has parado a analizar si te rechazan como amigo porque tú no te acercas a ellos, porque marcas las distancias, porque realmente eres una persona antisocial?

¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué un amigo se ha alejado de nosotros, o nuestra pareja nos ha dejado, o alguien que nos gusta no se termina de decidir? Realmente, las relaciones entre dos personas no son fáciles. No dependen de una de las partes, sino de las dos. Por eso, porque no podemos controlar a la otra parte, muchas veces nos desesperamos. Y siempre pasa que uno quiere más y el otro menos, que uno quiere amistad y el otro amor, que uno quiere sexo con café y el otro amor eterno. Por eso es todo tan difícil. Y, para colmo, muchas veces nos centramos en esa persona que nos gusta y no nos damos cuenta de que se nos escapan otras que son más auténticas, más parecidas a nosotros y con las que seríamos felices para siempre. Pero así es la mente humana. Nos gusta quien nos gusta y queremos a quien queremos. No podemos obviar que cada uno de nosotros está con quien quiere estar. Sin obligaciones. Y si alguien no quiere estar contigo, no está. Lo demás son excusas, cuentos chinos y rollos macabeos.

Y ya que hablamos de amistad, cariño y amor, quiero dedicar esta entrada a todas las personas que menciono en el texto, a las que quiero, y que se reconocerán en la misma, a toda la gente que amo y, cómo no, a dos personas que me importan y que mañana cumplen años.