miércoles, 21 de septiembre de 2011

INSPIRACIÓN DIVINA

Contra tu frío, mi abrazo
Si calor, te doy mis labios
Si falta fuerza, mi aliento
Si estás inquieta, sosiego

De noche en el mar, un faro
En la montaña, un sendero
En el desierto, un oasis
Ante la muerte, tu cielo

El silencio es la propuesta
De una mirada perdida
Una voz que se pregunta
¿la vida tendrá salida?
Pero el eco es la respuesta

Y aunque vueltas y vueltas das
Mente obtusa que marchita
El pensamiento sincero
De la flor de tu talento
Que procura resucitar

viernes, 16 de septiembre de 2011

LA TORTURA DE TORDESILLAS

Asco, rechazo, repugnancia, repulsión, desagrado, aversión, náusea, horror. Cualquier sinónimo de los calificativos anteriores es válido para resumir el cruel espectáculo vivido en Tordesillas hace algunos días. Si no se han visto las imágenes, invito a que no lo hagan porque el sufrimiento del toro durante todo el “Torneo” y especialmente en los momentos en que ya agoniza es increíble. Indigno de cualquier sociedad. No entiendo cómo esto se permite ya en pleno siglo XXI. Nadie me va a convencer de que eso es cultura, tradición o costumbre. Eso es maltrato animal. Punto. ¿Pero en qué país vivimos que nos permitimos el lujo de llamar a esa mierda “Fiesta de Interés Turístico Nacional”?

miércoles, 14 de septiembre de 2011

DE DESAPARICIONES EXTRAÑAS Y COMPORTAMIENTOS EJEMPLARES

Seguramente no soy el mejor ejemplo de formalidad. Es posible que debiera ser más serio y que mi conducta y comportamiento ante la vida y ante los demás tuvieran que ser regidos por la ética y la moral que, se supone, son ejemplos a seguir por la sociedad. Mi independencia personal es parafraseada por algunos de forma rotunda: “Siempre vas a tu aire”. Y sí, es posible que otras personas pudieran estar esperando noticias mías para poder hacer sus propios planes. Me gusta desaparecer sin dejar rastro un día, un fin de semana, el tiempo que me apetezca. No es una forma de protegerme de nada ni de nadie. Me gusta la soledad. Mi soledad. Me fascina, me motiva y me inspira.
A todo esto debo añadir que el despiste y las ansias de soledad se han conocido, se han caído bien y, de vez en cuando, salen juntos a pasear. No me siento orgulloso al cien por cien de todo lo que acabo de exponer. Pero, aunque no son virtudes, tampoco considero que sean defectos tan graves como para ser condenado a la inquisitorial hoguera de las vanidades. Ni es soberbia, ni es arrogancia. Soy como soy, nos guste o no.
Dicho lo cual, después de escuchar infinitos excesos verbales acerca de mi comportamiento para con la gente (léase para contigo), después de mostrarte como el vivo ejemplo de formalidad, seriedad, puntualidad, clase, estilo y todas las virtudes habidas y por haber, incurres en los mismos errores que un día fueron juzgados (y prejuzgados) por ti. Y tampoco das una sola explicación. No, no debes nada a nadie y tampoco exijo nada. Es evidente que no tienes obligación de hacerlo. Es solo una cuestión de clase, de predicar con el ejemplo, de cumplir con los preceptos que forman parte de tus mandamientos de conducta personales y de no incurrir en los errores que los demás cometemos. Pero, claro, los “raros” son siempre los demás.
Espero que tengas mucha, mucha suerte y que encuentres el camino vital definitivo que te lleve al éxito.