domingo, 29 de noviembre de 2015

NUNCA ES TARDE

Nunca es tarde, piensas, cuando grita más tu silencio que tu voz callada, quebrada a escondidas por sentimientos que no logras apagar y envuelta por el abrazo cálido de palabras lejanas de quien sientes tan cerca. Encerrada en los límites de reflexiones ocultas, indecibles e inescrutables, agotas cada tarde de este otoño sentada en la plaza de los árboles que perdieron sus hojas y que deseas pintar con los colores de la lluvia fina. Allí, con la mirada perdida, abrigada por el frío húmedo de ese escogido momento de soledad, tarareando las canciones que te recuerdan a él, dejas pasar el tiempo hasta que el reloj del campanario marca la hora. Un día más llega el momento en el que la realidad te golpea y tacha con la falsa pluma del destino aquel futuro que siempre escribes en ese cuaderno de secretos inconfesables que guardas bajo tu colchón. A poca distancia, siempre en tus pensamientos, alguien espera tu carta. Nunca es tarde. Piensa, cree, desea.