viernes, 28 de diciembre de 2012

CARPE DIEM

Hojas secas. Otoño en Berlín. Porque el tiempo pasa y no te deja volver atrás
Cuando el tiempo pasa, cuando dos manos se separan, cuando la distancia entre los dos protagonistas de aquella historia sin historia es tan grande que entre ellos cabe un planeta, se acaba la función y empieza la tormenta. Ciclogénesis explosiva, dicen. Ciclo cerrado, digo. Noche. Noche oscura. Noche amarga. Y aunque a veces escribo sin saber qué digo, y a veces digo cosas que luego no escribo, nunca sabré si lo que hago es lo correcto o solo es el guion establecido que fue escrito por el más cruel de los destinos. Porque el tiempo pasa, sí. Y no te das cuenta de que, si te despistas, yace un cuerpo inerte sobre los secos matorrales de una vida sin sentido, cuyo único adorno es una flor marchita por unas ilusiones rotas que no cumplieron su cometido y dejaron este corazón ajado por una maldición divina que lo atacó de forma traicionera. Porque el tiempo pasa, sí. Y no te das cuenta de que, si no andas atento, mueres sin haber vivido. Porque llegas a los últimos segundos de tu vida, cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero, maldito cero, y solo puedes echar la vista atrás para saber que no habrá segunda oportunidad. Demasiado corto fue el camino. Vivir, vivir y vivir. Entre nacer y morir, vivir. Y cuando vuelvas a darte cuenta de que llegas a un callejón sin salida, date la vuelta y corre. O salta. Salta las barreras que encuentres a tu paso y busca la salida. La salida que te devuelva a la vida. Cierra páginas que, aunque pudieron nacer con una perfecta sonrisa esculpida en aquel rostro temprano que el tiempo, otra vez el tiempo, fue difuminando, hoy están adornadas por un doloroso llanto que no es capaz de mover un grano de arena de aquella playa que un día fue escenario de agradables vivencias, y hoy, otra vez hoy, es solo el recuerdo de lo que pudo ser y no fue, de lo que pudo ser y se perdió por el camino. Y, aunque no es fácil decir adiós, abre capítulos nuevos. Capítulos nuevos que solo podemos escribir si antes hemos sido capaces de tatuar la palabra fin tras la última frase del episodio anterior. Y camina. Camina y disfruta del camino, otra vez el camino, que es más importante que llegar a tu destino.

2 comentarios:

  1. Me encanta. Por fin veo al Josean que conocí. El que vivía la vida por tres, el que tomaba todos los caminos, por probar, por vivir y no el último Joss que sólo se dirigía hacia su sueño perdiendose otras muchas cosas, que no está mal, tienes que hacerlo pero como bien has dicho aquí, viviendo la vida. Animo!!! Y sigue por ese camino.
    Reyes.

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  2. Tempus fugit, pero siempre existe un espacio para la reflexión.
    Gracias.

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