martes, 8 de enero de 2013

ÚLTIMA ACTUACIÓN EN THE BLACK LION



El pianista, siempre borracho y, a ratos, loco, aporreaba las teclas de su piano con tanta rabia que parecía tener intención de romper el único objeto que le daba vida. Varios años habían pasado y seguía sin saber los motivos de aquel abandono atroz que había roto sus planes de futuro y que lo habían hundido en las miserias de un presente sin mañana. Hoy, cuando volvía a ser el que fue años atrás, volvía a tener su corazón roto en mil pedazos. Y su mirada perdida.

Al fondo, otro músico marcaba con sus baquetas un ritmo suave, lento y monótono. De hecho, lo que menos le importaba en ese momento era el ritmo de su batería. Absorto en sus pensamientos, el músico era consciente de que aquella situación podía acabar en un auténtico baño de sangre. Rabia. Mucha rabia. Asco. Miedo. Demasiado tiempo sin querer ver qué estaba pasando a su alrededor. Mucho tiempo pensando que pronto todo quedaría solucionado. Y su mirada, perdida también.

El vocalista de Dead Owl, la banda que actuaba varios días cada semana desde hacía muchos años en The Black Lion, estaba sentado en una silla vuelta del revés. Su cabeza navegaba errante y desorientada en un mar de dudas que chocaban contra los pensamientos de un comportamiento infame. Desleal. Traidor. Miserable. Lo que pasó, pasó. Sí, pasó. Pero nunca se iba a perdonar la noche en que clavó una lanza en el costado de uno de sus mejores amigos. Un puñal en el corazón. Su mirada, cómo no, perdida también.

De fondo, la misma canción de cada día a la misma hora. Calor húmedo, sofocante. Alcohol. Tabaco. Sudor. El ambiente era tenso. Luz tenue. Tinieblas. Antro nublado. Las miradas perdidas eran el vivo reflejo de todo lo que allí sucedía. Nada. Todo. Todo y nada. Un escenario perfecto para la celebración de la inevitable derrota de dos hombres que el destino unió años atrás y que ahora separará tras una pérfida acción, y donde la muerte, como no podía ser de otra manera, será juez y parte. Una muerte segura que iba a marcar el camino a seguir de Dead Owl.


No hay comentarios:

Publicar un comentario