viernes, 1 de noviembre de 2013

DÍA DE LOS MUERTOS

La CatrinaCalabera Garbancera, del mexicano José Guadalupe Posada
Una sombra atacó su despistada intimidad. A través del umbral de aquella puerta destrozada por el paso de la vida, una silueta se acercaba de forma sigilosa al cuerpo moribundo de la actriz más famosa de todos los tiempos. Ella yacía inerte en el centro del escenario. El fantasma, incomprensiblemente aterrorizado por lo que acababa de presenciar, no podía contener el suspiro derrotado y regalaba a todos unas lágrimas ardientes que devoraban su rostro con las llamas gélidas de un tétrico desafecto que lo abrazaba con ternura. Ante ellos, la atenta mirada de un público expectante que no entendía los motivos de la desastrosa actuación de aquel ángel negro que aparece cuando quiere y se va sin decir adiós, no sin antes dejar arrasados los ojos de todo aquel que rodea al que lo acompaña en su silencioso monólogo y en su mortal y despiadada acción. Luces tenues. Almas insolentes. Risas tenebrosas. Cuerpos candentes dentro de calabazas que adornan escenas cruentas y sangrientas. Un saludo falso al llegar y una despedida sincera al partir.  Se acabó. Adiós. Fin de la función.


José Antonio López Arilla © 2013

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