Luis de Góngora, Francisco de Quevedo y Lope de Vega |
Entre tinieblas, una bruja loca,
maliciosa, malévola y malvada.
Es como un pez, que muere por la boca,
poco educada y siempre amargada.
El diablo, si la lee, se desboca,
porque entre letras muere sofocada
por su mollera pétrea como roca
y su soberbia siempre acalorada.
De espíritu soez y alma arrabalera,
pérfida intención, oscura y ladina,
fingida amistad, falsa compañera.
Si me avista su cara gongorina,
será de ella mi ánima prisionera.
Soplagaitas de lengua viperina.
© José Antonio López Arilla
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